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miércoles, 22 de julio de 2015

Del Partido de Nicoya a la Guanacastequidad

Esta es la pagina del Dr. Guillermo Carvajal Alvarado, profesor de la carrera de Geografía en la Universidad de Costa Rica. El objetivo de la página es recoger parcialmente la labor investigativa del autor. El lector encontrará diferentes temas abordados siempre con rigor académico. Los invito a leer los testimonios ofrecidos por un profesional comprometido con la academia y con la sociedad civil.

Del Partido de Nicoya a la Guanacastequidad
Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado *



La celebración habitual ha sido festejar el 25 de Julio como el día de la Anexión del Partido de Nicoya a la recién formada República de Costa Rica.






Y es correcto que así sea. No obstante el devenir histórico ha permitido una unidad e integración más allá del acto formal de mera anexión. Y es un proceso aún en plena evolución la consolidación en Guanacaste de un fenómeno particular el fortalecimiento de la identidad Guanacasteca, de lo que podríamos llamar la Guanacastequidad que es el proceso de reconocimiento de una identidad regional, rica en elementos culturales que han sido incorporados al Estado - Nación.

Los procesos de integración entre los territorios que forman el Estado- Nación, nos permiten reconocer fenómenos territoriales y culturales sin igual. Territorialmente Guanacaste nos aporta nuevas zonas de vida, toda la parte del bosque seco tropical, y las actividades económicas que se desarrollan en la sabana guanacasteca donde se evolucionó de la crianza de ganado y todos sus elementos culturales a la valoración del paisaje marítimo, notablemente el ambiente marino costero. Pero Guanacaste es tierra de volcanes, el sabanero es apenas un personaje de esa inmensa cultura, que nos aporta en alegría con sus retahílas, bombas, cánticos y la noción de la fiesta que es una forma particular del ser y de vivir del guanacasteco. Al concho del valle central, al gran incognito del Valle central se agrega un nuevo  tipo humano, un hombre jovial que montado en su caballo canta la a la llanura y a la altura forma particular de observar las diferencias geográficas al interior del territorio.

Guanacaste ha sido la cuna del folclore costarricense, danzas, bailes, poesías anónimas heredades y repetidas a lo largo de los siglos nos muestran un ser guanacasteco jovial, trabajador que emprende su cotidiano con empeño. Desde el fogón guanacasteco y su rito a la ceniza, salen platillos que enriquecen nuestra culinaria y que hemos tomado e integrado a la cultura nacional, en la escuela aprendemos el punto guanacasteco al son de la armonía de una marimba que con su tonada fuerte penetra todo nuestro ser para bañarnos de alegría.

Aprendimos a comer la rosquilla guanacasteca, y el rito de compartirlos en colectividad. Y la belleza de una velada en una coyolera, donde el ser social se engrandece al degustar néctar del vino de coyol, una bebida que la naturaleza puso a disposición de los guanacastecos y que hoy lo disfrutamos todos al calor de la charla y de la gritería que es el verdadero sentido de la fiesta típica. La monta guanacasteca, ese reto, quizá a veces inexplicable para nosotros entre el toro y montador, ese duelo entre el sabanero y el toro, ese rito en que el montador quiere imponer su ritmo al toro y éste busca como deshacerse lo más rápido posible del que está arriba y que amarra a la bestia como una garrapata para sostenerse de las contorsiones fuertes y ágiles del animal. Y el baile, con esos vestidos, su música, sus ritmos y su alegría y como no penar en esa luna liberiana, inmensa como disco que cuelga del cielo y todo lo alumbra.

OLEO CONMEMORATIVO DE LA GUANACASTESQUIDAD



Fuente: http://www.ticovision.com/cgi-bin/index.cgi?action=viewnews&id=15396
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