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jueves, 10 de septiembre de 2009

Migraciones Internas en Costa Rica: Una Aproximación Regional al problema

Esta es la página del Dr. Guillermo Carvajal Alvarado, profesor de la carrera de Geografía en la Universidad de Costa Rica. El objetivo de la página es recoger parcialmente el pensamiento del autor, expresado en algunos foros. Los invito a leer los testimonios ofrecidos por un profesional comprometido con la academia y con la sociedad civil.



Migraciones Internas en Costa Rica: Una Aproximación
este trabajo se analizan los desplazamientos internos de la población en Costa Rica, tomando como punto de partida el marco geográfico-regional propuesto por H. Nuhn. El estudio se orienta en este sentido, en la medida, que para el caso costarricense, la perspectiva regional no ha sido utilizada en los estudios migratorios. Los estudios disponibles en Costa Rica sobre movilidad interna analizan el fenómeno tomando como base territorial el recorte espacial propuesto en la división político-administrativa. Este hecho, a juicio nuestro, introduce un sinnúmero de limitaciones que posteriormente reseñamos

En esta investigación los movimientos migratorios internos son entendidos como un fenómeno complejo e históricamente condicionado, de ahí la necesidad de partir de una perspectiva pluridisciplinaria para lograr comprender la multiplicidad de factores intervinientes en la movilidad geográfica de la población.

Por otra parte, la población es comprendida por nosotros como una variable dependiente de carácter dinámico, que encuentra su razón de ser en un tiempo dado y en un espacio socio-económico estructurado.

1. 1. El tema de estudio

El dinamismo en la movilidad o - la población al interior de un país asume siempre formas variadas. E abandono del lugar natal puede ser en ciertas ocasiones definitivo, en otras temporal, y en algunos casos el movimiento puede tener un carácter estacional. Es por ello que cuando se aborda el estudio de la movilidad de la población hay que tener bien claro que existen diversos tipos de movilidad interior. Aunque siguiendo la definición de las Naciones Unidas, un migrante es un individuo que efectúa al menos tina migración durante un período dado. De esta forma, el número de migrantes internos de una población será siempre superior o igual a su efectivo de migrantes. La igualdad solo se produce cuando el período en observación es muy corto. La mayoría de las veces la diferencia observada está lejos de ser despreciable.

Durante mucho tiempo el sentido de la palabra migración fue único: Desplazamiento definitivo a larga distancia. Hoy múltiples tipos de migración se destacan y, esto principalmente en función de la duración:

- Las migraciones temporales (algunas semanas, o algunos años en el caso de trabajadores inmigrados).

- Las migraciones de ocio (fin de semanas o vacaciones).

- Las migraciones pendulares (desplazamiento diario del lugar de habitación hacia el trabajo).

De todos los hechos demográficos, los movimientos de población, sea al interior como al exterior de un país, son los que más dificultad presentan para la observación y por ende para la medición, Así por ejemplo, las migraciones internas escapan a una estadística directa, excepción hecha de algunos países, por cierto, poco numerosos, en donde existen registros de población bien atendidos, en donde se mantiene al día la declaración del cambio de domicilio, el cual es debidamente registrado.

Pero en general, en la mayoría de los países en vías de desarrollo el investigador debe recurrir a medios indirectos y en particular al censo de población, única operación que permite interrogar al menos teóricamente a la totalidad de la población. A esta debilidad en los mecanismos de observación, la teoría, por su parte, responde también de manera imperfecta. Los modelos migratorios propuestos son aplicables únicamente a poblaciones reducidas y las fuentes de información tradicional (censos, listas electorales), resultan insuficientes y conducen a enormes limitaciones de interpretación.

En Costa Rica no existe la declaración 5n obligatoria del cambio de domicilio, razón por la cual no se posee entonces un registro continuo de los, movimientos migratorios internos. Esto implica que para estudiar las migraciones interiores a escala nacional, se dependa principalmente de fuentes de carácter secundario, como es el caso M censo de población.

1.2. Las fuentes para los estudios migratorios

La evaluación de los movimientos migratorios a partir de los censos de población es un método antiguo y clásico. Puede consistir: en comparar los "resultados de la proyección de la población de un censo con las cifras obtenidas en un segundo censo" (método llamado residual), o bien el procedimiento puede ser el de analizar diferente s parámetros característicos de la población encuestada para inferir los movimientos migratorios. Pero es merced a los censos sucesivos, que se puede evaluar el aporte de la inmigración en el crecimiento de una determinada unidad territorial.

Cuando se dispone de un único censo, la técnica a seguir es la de comparar los lugares de nacimiento con los lugares de residencia y, de esta forma se puede obtener una estimación del sentido y del volumen de los desplazamientos internos de la población. Este método, no obstante, a pesar de la importante masa cuantitativa de información que suministra, presenta la limitación de no captar más que parcialmente el fenómeno migratorio, en la medida, en que la definición de la movilidad de que parte este método es muy restringida, presentando únicamente un aspecto de la migración. No obstante, este método constituye un punto de partida seguro para un primer examen de la migración.

Los demógrafos están conscientes de las múltiples objeciones que pueden plantearse a las técnicas de explotación de la información censal y no se contentan con trabajar esta fuente para conocer la movilidad interna de la población. Así L. Roussel proponía dos estudios complementarios en su encuesta demográfica: La encuesta "escolar para averiguar y completar una parte de los resultados de la encuesta general, por intermedio de la entrevista a jóvenes que han migrado".

1.2.1. Las encuestas especializadas

Por falta de coordinación en las tareas de investigación cada estudioso del tema intenta su propia investigación global, y es este precisamente él principal reproche que se le puede hacer a las encuestas especializadas. Para que los resultados de este tipo de instrumento sean óptimos, es necesario conocer anteriormente el grupo estudiado, en su medio, puesto que es imposible estudiar un movimiento migratorio observándolo únicamente en su punto de llegada o en su punto de partida. De ahí que sería indispensable seguirlo de un punto a otro conociendo perfectamente las bases tradicionales que le dieron origen.

De esta forma se encuentran planteadas las exigencias de este tipo de en-cuestas especializadas: captar las dos extremidades de la migración y seguir al migrante. La exigencia de seguir al migrante" es la que pone mayores problemas. No se puede, por razones evidentes, seguirle físicamente. Es posible en algunas casos seguir el camino de los migrantes poniendo un puesto de observación en un punto de paso obligatorio; pero el caso es casi excepcional e Implica la existencia de un movimiento migratorio de carácter masivo. La solución con- entonces en seguir al migrante no en el espacio sino en el tiempo, esto se puede lograr a través de la encuesta retrospectiva aplicada al análisis longitudinal.

Se debe agregar en esta breve r seña de los modernos instrumentos que utiliza la investigación demográfica en el estudio de la migración, el recurso M establecimiento de la biografía como fuente de datos sobre la migración. Sin embargo, existen varias maneras de utilizar las biografías así obtenidas. Pueden tener solamente una meta ilustrativa con unos pocos casos bien escogidos de una situación migratoria descrita a partir de otras fuentes, la mayoría de las veces de un censo: cumpliendo en este caso una función enteramente cualitativa, más bien anecdótica para recrear al lector, Muchas de las investigaciones emprendidas recientemente, hacen de las biografías la materia prima en el estudio de las migraciones, dándoles una dimensión estadística.

Una solución más recientemente adaptada por los demógrafos es el recurso a las encuestas sucesivas. El método consiste en organizar un sistema de observación continuo, obtenido de una muestra permanente de la población, De esta forma, se puede constatar, experimentalmente, el cambio intervenido en la población evitando de esta manera el tener que dar demasiada confianza a la memoria de encuestados en las preguntas retrospectivas. Sin tomar, en cuenta, los nuevos problemas técnicos encontrados en este tipo de instrumento, así como la complejidad de las operaciones y el alto costo que implica el efectuar dos «pasajes sucesivos". Sin embargo, la descripción M movimiento migratorio obtenido resulta estadísticamente satisfactoria. Algunas ventajas que justifican la aplicación de esta técnica son: permite evaluar la importancia de los flujos, se puede obtener el lugar de destino y el de origen de los migrantes. Por otra parte, se puede determinar la estructura demográfica de la población migrante. Además de lo anterior, el investigador puede establecer tasas de movilidad y poner en evidencia la dinámica que cobran los desplazamientos internos de la población. Un método sin duda menos oneroso, pero siempre posible, consiste en hacer la economía de un primer "pasaje". Sin embargo, ello redunda en la calidad de los resultados que podrían obtenerse.

1.3. Los censos y los estudios migratorios

Referente a la migración, la información suministrada por el censo clásico es muy pobre. Esta insuficiencia ha sido reconocida ya hace mucho tiempo por los demógrafos. No obstante, no puede olvidarse que para muchos de los países en vías de desarrollo la inclusión de preguntas específicas en las boletas censales constituye un paso significativo para el mejor conocimiento de la movilidad interna de la población.

De esta forma, en muchos de los países latinoamericanos, africanos y asiáticos los investigadores sociales pudieron contar al menos con una fuente de información que permite evaluar el número de migrantes.

Algunas de las críticas más frecuentemente vertidas al o, censo estriban en que las preguntas censales, si bien es cierto, que permiten datar la migración no captan más que un solo desplazamiento generalmente el último. Por otra parte, el tipo de movimiento captado depende en mucho de la pregunta formulada en la boleta.

En cuanto a la información censal para los estudios migratorios en Costa Rica, es posible cuantificar con certitud los resultados proporcionados por los censos de 1950, 1963 s, 1973. Antes de 1950, tanto los datos censales como las cifras obtenidas a partir de otras fuentes tienen un carácter provisorio y son poco fiables.

En los censos de 1950 y, 1963 el investigador se encuentra con una información migratorio precisa, lamentablemente no se mantuvo la coherencia en las preguntas que tenían como meta medir los movimientos migratorios; ya que mientras en el censo de 1963 se puede aplicar el método llamado del “lugar de residencia anterior''; para 1950 sólo se puede aplicar el método “lugar de nacimiento".

El censo de 1973 reúne las mejores condiciones desde el punto de vista de la calidad en la información migratoria, Este censo permite la comparación entre el lugar de residencia anterior en un período previamente establecido (cinco años, 1968-1973) y el lugar de nacimiento.

El censo clásico, incluso explotado de manera ingeniosa, puede dar solamente una imagen insuficiente de las migraciones, consigna el estado de la población en un momento dado, permitiendo solamente un acercamiento indirecto a los fenómenos migratorios, permite trazar cartas, calcular tasas, pero no cabe duda que estos resultados son todavía bien limitados. A falta de otra fuente. hay algunas veces que contenerse con otros documentos que cubren sólo poblaciones parciales: listas electorales, estadísticas M servicio de la mano de obra, datos del Registro Civil, que para el caso costarricense no han sido estudiados por los investigadores.


2. LA INVESTIGACION MIGRATORIA EN COSTA RICA: ESTADO DE LA CUESTION

En el dominio de las migraciones internas, los estudios existentes- para el caso costarricense son poco numerosos, pudiéndose afirmar que es este en campo de preocupación virgen. Sin embargo, no se puede negar la existencia de estudios de base que ofrecen una gran riqueza documental.

Una característica inherente a la mayor parte de los estudios migratorios lo constituye el hecho de que intercambios de población son analizados a partir del recorte territorial en unidades político-administrativas fijadas por el Estado. Esto implica que en estos estudios las migraciones sean analizadas a nivel de las provincias, o bien a nivel de los cantones, Lo que, a nuestro juicio, introduce importantes limitaciones, sobre todo si se considera que en Costa Rica las unidades político-administrativas no son homogéneas y no constituyen unidades geográficas. Este es el caso, por ejemplo, de las unidades administrativas mayores denominadas provincias, que constituyen espacios desarticulados. A continuación se cita un ejemplo que Ilustra claramente los errores que se pueden producir cuando se analizan las migraciones partiendo de la división territorial existente: es el caso de los movimientos migratorios que se producen entre las capitales de provincia situadas en el Valle Central, a saber: San José, Heredia, Cartago y Alajuela estos movimientos de )oblación son considerados desde un punto de vista censal como migraciones interprovinciales. No obstante, la observación empírica demuestra que se trata en lo fundamental de un desplazamiento de población de carácter urbano-metropolitano, es decir, que este movimiento constituye un tipo bien definido y particular de migración, que debe ser estudiado en su especificidad. Pero si el investigador se atiene únicamente al resultado dado por el censo, este flujo migratorio no será captado en su especificidad y se registrará como una migración de carácter interprovincial.

Corresponde ahora señalar las limitaciones de los estudios migratorios que enfatizan sobre los intercambios intercantonales. Esta vez, a nuestro juicio, las omisiones a que conduce esta perspectiva tienen que ver con el hecho que no se caracteriza la especificidad y los grados de diferencia que provoca un movimiento de esta naturaleza, En este tipo de estudios los cantones son caracterizados como puntos de llegada o de salida de migrantes, ignorando el tipo de flujo migratorio que se trate: urbano o bien rural, periurbano o un movimiento de colonización. De lo apuntado en esta sección se desprende, entonces, que el censo de población facilita un conocimiento del volumen migratorio, pero no dice nada en cuanto al tipo de migración de que se trata. Esto demuestra que si bien es importante conocer el volumen migratorio, es también indispensable contar con los elementos necesarios a fin de lograr caracterizar el tipo de movimiento.

Ahora que se conocen algunas de las limitaciones que de una manera general presentan los estudios migratorios que se han hecho en Costa Rica, se reseñan brevemente algunos de éstos.

2. 1. Los estudios histórico-demográficos

En esta sección se pasa revista de manera suscinta a los estudios que se sitúan dentro de una perspectiva histórica. A este respecto, vale la pena aclarar que ninguna de estas obras constituye una demografía histórica tal y como se le conceptúa actualmente. No obstante, estas obras son de gran utilidad, en la medida que aportan una masa de información que está a la espera de exámenes ulteriores. Dentro de esta óptica, la obra de más antigüedad y de mayor valor lo constituye el trabajo de Bernardo A. Thiel. Este estudio constituye un primer esfuerzo a-fin de lograr una enumeración global de la población tanto para los periodos precolombinos y colonial. Y si bien es cierto, que muchas de las informaciones cuantitativas dadas por Thiel no son del todo rigurosas, constituyen fuentes imprescindibles para el estudio histórico de la población.

Otra obra de gran utilidad dentro de esta perspectiva temporal lo constituye la tesis de grado de Wilburg Jiménez. El autor plantea en esta investigación un análisis de la evolución histórica de los movimientos migratorios, desde el período precolombino, remontándose gradualmente por cada una de las etapas históricas hasta llegar al año 1980. Con anterioridad a 1864 son poco confiables, dado que las fuentes disponibles no permiten una caracterización rigurosa de las migraciones que se produjeron del siglo XVI hasta el siglo XVIII, e inclusive la primera parte del XIX. Es solamente a partir de 1864, fecha en la que se realizó el primer censo nacional de población con carácter oficial, que los resultados a que llega Jiménez son de una mayor fiabilidad, y si bien es cierto que los datos presentan deformaciones debidas a los problemas de subnumeración censal, el autor se esfuerza por mostrar las tendencias globales seguidas en la distribución espacial de la población. Posteriormente, el autor centra su análisis en los períodos intercensales, ello pese al inconveniente que constituye la irregularidad en la periodicidad con que se realizaron los censos hasta 1950. La parte más sobresaliente del trabajo lo constituye el análisis de los resultados del censo de 1950. A partir de esta fuente se caracterizan los desplazamientos de Población al nivel provincial y cantonal y se clasifican a estas unidades administrativas como de "atracción", "equilibrio" y "expulsión migratoria''. En la última parte del estudio se señalan las causas que provocan flujos migratorios. En este aspecto, los señalamientos son de carácter general y deben tenerse por resultados preliminares aún y cuando se les ubique en el contexto histórico en que fueron emitidos.

Otro de estudio, que se podría situar dentro de esta perspectiva temporal, es el que hace mención a la distribución de la población y de la concentración regional. En un artículo aparecido en el informe semestral del Instituto Geográfico Nacional; Zumbado y Raabe describen cuantitativamente la evolución histórica de la distribución espacial de la población costarricense. En esta investigación los autores subrayan el papel preeminente en el orden demográfico del Valle Central, A lo largo del trabajo se realizan comparaciones sumamente interesantes entre la evolución de la población en el Valle Central y el resto de las repones periféricas del país. En general, y tomando en cuenta las limitaciones que provienen de las fuentes censales, el trabajo muestra las tendencias históricas seguidas en la evolución y localización de la población en el espacio nacional; así como las tendencias a la concentración regional en una porción reducida del espacio nacional,

Por último, se debe mencionar en este acápite el libro La población de Costa Rica, en cuyo primer capítulo, intitulado "Crecimiento de la población”, los autores plantean una caracterización de la evolución demográfico-histórica del país, desde su aparición como territorio colonial hasta nuestros días; es un trabajo muy bien documentado y se aborda el problema de la población desde una perspectiva moderna y el método de la demografía es manipulado con gran rigor.

A nuestro juicio, en lo que se refiere a los datos anteriores a 1864, no se exploraron nuevas fuentes y lo que los autores realizaron fue una aplicación del método demográfico a los resultados obtenidos en el trabajo de Thiel.

2.2. La investigación demográfica de la migración nacional

En este acápite se presentan algunos de los trabajos que en forma más específica han estudiado el fenómeno migratorio para el caso costarricense. Uno de los trabajos más notables en este campo es La migración interna de Costa Rica, de Albert Joop. Este estudio se enmarca dentro de tina perspectiva demográfica. El autor analiza los movimiento migratorios sobre la base de información suministrada por el censo de población de 1963, e intenta establecer los intercambios de población interprovinciales, localizando las zonas de atracción y de expulsión. En este estudio se privilegia en demasía la demostración cuantitativa, desdeñando la elaboración teórica de las relaciones causa-efecto que rigen a los movimientos migratorios.

Otro de los trabajos que merece mención especial en esta reseña es el estudio de la población inmigrante metropolitana de Vera Bermúdez, Esta investigación, que tiene como marco espacial de referencia la ciudad de San José. La metodología que en ella se utilizó fue en lo esencial la encuesta especializada. En este trabajo queda muy claramente demostrada la relación existente entre la migración y otros condicionantes de tipo demográfico, como: sexo, edad, profesión y estado civil, entre otros, para el caso concreto de la ciudad de San José.

Otra de las investigaciones lo constituye la monografía realizada en el proyecto sobre: Desarrollo rural y migraciones interiores en América Central M Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA). Del conjunto de las monografías que compone la totalidad del proyecto hay que destacar la consagrada a Costa Rica. Constituye un análisis de los cambios en las corrientes migratorias que se dan en el período intercensal 1950-1963. El autor presenta un trabajo interesante utilizando técnicas indirectas y alternativas para medir los flujos de población. Los resultados obtenidos suponen la posibilidad de aplicar métodos indirectos a la información dada por el censo, lo que permitiría controlar la eficacia y la validez de los resultados obtenidos.

El autor plantea la necesidad de referir los datos cuantitativos a una estructura agraria determinada, y llega a reconocer la necesidad de confrontar los resultados con otro tipo de indicadores que podrían ser explicativos de las cifras migratorias.

Por último, y para concluir esta sección, se tiene que mencionar el capítulo IV del libro La población de Costa Rica, intitulado "La distribución espacial de la población y migraciones internas". En este capítulo los autores presentan un balance global de los desplazamientos internos de la población desde el siglo XIX hasta nuestros días, insinuándose una óptica de análisis regional del problema.

Los autores demuestran cómo el crecimiento de la población costarricense se ha visto acompañado de un proceso continuo de la redistribución espacial, y llaman la atención sobre el papel de la aglomeración metropolitana como un polo de atracción de la población. Al final del capítulo se encuentra una cartografía temática abundante obtenida sobre la base del censo de 1973. Aunque en general esta investigación presenta la restricción de aceptar como válida la división político-administrativa del país, lo que a la postre impide un análisis regional del problema.


3. REGIONALIZACION EN COSTA RICA


Partiendo del supuesto que es en la esfera de la producción en donde se dan los procesos explicativos que se imprimen en el territorio a través de la división territorial o regional de una formación socioeconómica; en Costa Rica se puede detectar una región de crecimiento económico autosostenido, la de San José, la cual presenta una posición privilegiada con respecto de las otras regiones que componen el mosaico regional del país (ver mapa No. l).



Para efectos de planificación Costa Rica ha sido dividida en seis diferentes regiones, partiendo de criterios como: extensión, población y recursos naturales disponibles. Una sola de estas regiones, la denominada región central, reúne el 63% de la población total y un porcentaje aún mayor de la producción industrial del país. Esta región aglutina además la mayor parte de la población urbana del país (80%), y es la única que puede ser considerada como predominantemente urbana. Al interior de esta región descolla un núcleo de carácter urbano que concentra por sí solo el 70% de los habitantes urbanos de esta región. Se trata de un espacio urbano metropolitano que se extiende sobre las cabeceras de provincia situadas en el Valle Central. Esta subregión denominada aglomeración metropolitana engloba una población que supera el millón de habitantes, constituyendo de hecho el punto geográfico de mayor concentración demográfica del país. Esta concentración poblacional implica de hecho una extraordinaria concentración de actividades productivas, de ahí entonces que los índices de producción y de prestación de servicios sean sumamente elevados en esta aglomeración metropolitana (véase mapa No. 1).





Las restantes regiones se caracterizan por tener una población comparativamente más baja y una densidad de población reducida. En ellas predomina un hábitat disperso, y la proporción de población urbana varía entre el 10 a 34% de la población regional. La estructura productiva en ellas está marcada por el predominio de las actividades agropecuarias (el porcentaje de la PEA en el sector agrícola varía entre 48,7 y 71%). Estas regiones, como lo han resaltado innumerables diagnósticos preparados por la Oficina de Planificación, se encuentran en una situación francamente desventajosa en lo referente al nivel de industrialización, la adoptación de servicios sociales fundamentales y, en general en el nivel de vida de las poblaciones.

Las regiones Pacífico sur y Pacífico norte pueden ser consideradas como totalmente agrícolas, puesto que la PEA está formada del 70% de asalariados y de propietarios agrícolas.

La región Pacífico central y la región Atlántica incluyen, a diferencia de las anteriores, un centro urbano de más de 20.000 habitantes, lo que indica una proporción menor de población rural y un porcentaje de población activa agrícola cercana al 50%. En ese aspecto la región norte se encuentra en una posición intermedia ya que cuenta con varios centros poblados.

De estas cinco regiones periféricas, la región Pacífico central destaca por su pequeño tamaño (unos 4.000 km²), una mayor densidad de población y una proporción relativamente baja de población en el sector agrícola,


4. LAS MIGRACIONES EN COSTA RICA (1968-1973)

Durante estos tres últimos decenios, las condiciones demográficas de Costa Rica han experimentado cambios sin precedentes. El crecimiento continuo de la población, consecuencia de una tasa de natalidad alta y de una mortalidad en descenso como producto de los progresos realizados en la prolongación de la esperanza de la vida resultado directo de las mejoras en el campo de la salud. El puntaje demográfico del período de 1950-1970 se ve acompañado de transformaciones profundas en la esfera de la economía, las cuales expresan una mayor movilidad interna de la población, en la medida que el progreso material y social del país no se distribuye homogéneamente a lo largo y ancho del territorio.

En esta sección se describen y se intenta dar una explicación de las corrientes migratorias internas que se produjeron en Costa Rica en el período 1968-1973.

El método utilizado para exponer los resultados consistió en catalogar a las regiones como de afluencia o atracción migratoria, o de expulsión esto en función del comportamiento del balance entre las corrientes inmigratorias y las corrientes migratorias, expresado a través de las convencionales tasas migratorias A nivel de cada región se presentaron pictogramas para ilustrar los intercambios de población entre las diferentes regiones. En lo que respecta a la información migratoria que se proporciona, ésta proviene del procesamiento de los cuadros No. 28 y 32 del Censo de Población del año 1973, titulados "Cantón de nacimiento” el primero y "Cantón o país de residencia en 1968" el segundo.

Es claro, entonces, que las cifras migratorias que se exponen comprenden el período 1968-1973. Lo que a nuestro juicio permite dar una visión clara y actual de la dinámica de los movimientos migratorios en un período relativamente cercano al momento presente.

La técnica empleada para obtener la información censal consistió en elaborar una matriz migratoria, en la cual se desagregaron para cada una de las unidades cantonales las cifras de los movimientos interiores aparecidos en los cuadros antes titulados.




CUADRO 1

Costa Rica, Región Atlántica, Movimientos Migratorios Internos (1968-1973)

POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA

Reg. Atlántica 115.143 21.278 12.258 9.020 7,83
Limón 40.830 4.185 5.944 -1.759 -43,30
Pococí 28.688 9.372 6.289 3.083 21,92
Siquirres 18.133 3.831 2.184 1.647 9,08
Talamanca 5.431 204 331 -127 2,39
Matina 10.489 1.814 501 1.313 12,51
Guácimo 11.572 1.872 215 1.657 14,32

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.

La fase siguiente consistió en reagrupar las unidades cantonales en unidades mayores o regionales. Por lo tanto, se decidió no considerar las unidades político-administrativas, y en su defecto se plantea un marco territorial de carácter regional.

5. LAS REGIONES DE AFLUENCIA DE LA MIGRACION INTERNA EN COSTA RICA

En el quinquenio 1968-1973, se constata que las regiones que conocieron una afluencia positiva de población, es decir, las unidades regionales en las que el peso de la inmigración es superior al de la emigración fueron las siguientes:

a. La región Atlántica.
b. La región Pacífico sur.
c. La región Norte.
d. La subregión Metropolitana. En el cartograma No. 2 se muestra la división subregional de la región central.

En esta sección se analizarán los casos de la región Atlántica, Pacífico sur, región Norte y de la subregión Metropolitana.

5. 1. La región Atlántica

Esta región, en el período considerado, fue uno de los polos de atracción de los movimientos migratorios. De ahí, que en casi todos los cantones, excepción hecha del cantón central de Limón, la tasa migratorio sea positiva, siendo el cantón de Pococí, el que posee la tasa migratorio más alta.

La región Atlántica fue la que presentó en el quinquenio en estudio la tasa migratoria más elevada: 7.83%. No obstante la influencia de esta región en el proceso migratorio interno es aún limitada, esto si se toma en cuenta el volumen total de los migrantes que llegaron a esta región en los cinco años considerados en esta investigación.





Desde el punto de vista de las corrientes migratorias hacia el Atlántico, el cartograma No. 3 describe la atracción que ejerce esta región sobre el resto del país; es notable la afluencia de migrantes que provienen de las otras regiones agrícolas como el Pacífico norte, que entre 1968-1973 expulsó 4.440 individuos en dirección de la región Atlántica. De igual manera el Pacífico centro experimentó una corriente migratoria que significó el abandono de 2.700 individuos que se trasladaron al Atlántico. Otra de las corrientes migratorias que tiene como punto de llegada la costa caribe. proviene del Pacífico sur, que en los años en estudio perdió un total de 787 individuos que fueron a instalarse a la región Atlántica. No obstante, la mayor afluencia de inmigrantes a esta región tiene como lugar de procedencia la región Central, en este caso el flujo alcanzó un total de 7.965 individuos, que partiendo del Valle Central fueron a instalarse a tierras de la región Atlántica.

En el caso de la región Atlántica, la afluencia de población debe explicarse por la relación capital-trabajo que allí se produce, corno producto de una utilización intensiva de la fuerza de trabajo. Lo anterior, aparece claro, cuando se estudia la historia regional; como bien se sabe, durante todo el período 19361960 esta región se convirtió en un centro de expulsión de fuerza de trabajo, en razón del traslado de la United Fruit Company durante los años 30, Si bien es cierto, que con posterioridad a esta fecha el cultivo del banano fue sustituido por el del cacao; este último no logró conservar "in situ" la mano de obra agrícola. A partir de los años 60, la región conoce una revalorización de sus potencialidades agrícolas y una nueva expansión bananera, en la cual se encuentran tanto capitales nacionales como extranjeros. Esta reactivación de la actividad bananera en la región tuvo como consecuencia un incremento de la población económicamente activa y de la población total durante el período 1963-1973. De ahí entonces, que los saldos migratorios positivos durante estas décadas encuentran su explicación en la transformación que experimentó la agricultura regional, que implicó una mayor demanda de empleo. No obstante, y vale la pena aclarar, que el aumento en el nivel de empleo, no se debió ni a un crecimiento en el número de las explotaciones agrícolas, ni a una expansión importante del área bajo cultivo; sino más bien, a cambios considerables en las áreas consagradas a diversos cultivos; particularmente del cacao, que fue sustituido por el banano.

Durante el período 1963-1973, las cifras del censo agropecuario ponen en evidencia una disminución de 13.880 hectáreas en la superficie dedicada al cultivo del cacao. Esta disminución fue compensada, a su vez, por un aumento de 19.164 hectáreas en el área dedicada al cultivo del banano. Es claro entonces, que en esta región se asistió a la sustitución de un cultivo que requiere poca mano de obra, como es el caso del cacao, por otro cuyo proceso productivo implica una mayor complejidad y necesita mucho más mano de obra, como es el caso del cultivo del banano en las áreas de plantación tipo enclave.

En este sentido, uno de los problemas más agudos de la región sigue siendo su gran dependencia de la actividad bananera, ya que cerca del 70% del empleo total en el sector agrícola es engendrado por el cultivo del banano. Este tipo de economía es muy vulnerable, pues está sometida de manera directa a las fluctuaciones cíclicas del mercado mundial.

En conclusión, se consta que la región está sometida a los vaivenes cíclicos de una economía dirigida hacia el mercado exterior, Lo que permite afirmar, entonces que -el aumento y la disminución de los flujos migratorios en esta región están directamente ligados a los hechos coyunturales que caracterizan la estructura productiva regional.

5.2. La región Pacífico Sur

Esta región tomada en su conjunto, no tendría que ser considerada como una región de atracción migratoria, dado que su tasa migratoria global muestra la presencia de una corriente emigratoria más fuerte que la inmigración que a ella llegó entre 1968-1973, esto da como resultado una tasa migratoria del orden de -1,68%. Sin embargo, se ha incluido dentro de la categoría de regiones de atracción puesto que posee cantones tales, como Buenos Aires y Coto Brus, que tienen saldos migratorios positivos relativamente altos, alternando con cantones, como Osa y Golfito, que presentan un equilibrio en, sus saldos migratorios, siendo el cantón de Pérez Zeledón en el Valle de El General el foco expulsor.

Como se desprende del Cuadro No. 2, el punto de mayor afluencia lo constituye Buenos Aires. En cuanto al origen de las corrientes migratorias que arriban a este cantón, es notable un importante flujo que tiene lugar de proveniencia en los cantones vecinos situados en la misma región, es el caso de Pérez Zeledón, Osa Golfito. Es decir, se tratan de movimientos de carácter interregional. Estos movimientos migratorios en dirección de Buenos Aires están estrechamente relacionados con la reciente colonización agrícola, las poblaciones que allí se desplazan son grupos de campesinos que en busca de tierras invaden ya sea propiedades del Estado o bien privadas. En cuanto a las corrientes emigratorias que tienen como punto de partida Buenos Aires, éstas se dirigen fundamentalmente hacia la subregión metropolitana.

El cantón de Coto Brus, como se puede ver en el cuadro No. 2, es también un área de acogida de población. En general presenta las mismas características inmigratorias que las señaladas para el cantón de Buenos Aires. Los inmigrantes proceden en lo fundamental de la misma región, también existe una corriente migratoria del Pacífico norte (Guanacaste). En este cantón como en otras áreas del Pacífico sur, la afluencia de la población está estrechamente ligada a la disponibilidad de tierras colonizables y también a la ampliación a la oferta de empleo con posterioridad a la implantación del enclave bananero en esta región.

En cuanto a Golfito, se ha favorecido en estas últimas décadas por el traslado de la compañía bananera del Atlántico al Pacífico. Este acontecimiento volvió a esta área en un centro de atracción de mano de obra. Sin embargo, de acuerdo con el censo de 1973, Golfito experimentó un freno en sus entradas de población, las que se ven compensadas por las nuevas corrientes emigratorias. En lo que se refiere a los inmigrantes que arriban a Golfito, éstos proceden principalmente de la región guanacasteca, en particular de cantones como Liberia, Nicoya, Santa Cruz, Abangares y Bagaces; de Esparza y de Puntarenas en el Pacífico central. Por otra parte, existe una corriente inmigratoria que proviene de los cantones aledaños: Osa y Pérez Zeledón.

CUADRO 2
Costa Rica, Región Pacífico Sur. Movimientos Migratorios Internos (1968-1973)

POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA
Reg. Pacif. Sur 174.287 22.213 25.144 -2.931 -1,68
Pérez Zeledón 67.089 3.270 9.035 -5.765 -8,60
Buenos Aires 20.104 3.487 1.574 1.913 9,5 2
Osa 24.613 4.797 4.784 13 0,05
Golfito 42.510 7.341 7.334 7 0,02
Coto Brus 19.971 3.318 2.417 901 4,51

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.

En cuanto a la dirección de los flujos emigratorios hay que notar la existencia de una corriente de carácter rural-urbano, los migrantes se dirigen a la subregión Metropolitana. Otra corriente migratoria que tiene como punto de partida Golfito se orienta, esta vez, en dirección de los nuevos centros de producción bananera, como Pococí y Siquirres en la región Atlántica y Sarapiquí en la región Norte. También es notable la existencia de una importante movilización intrarregional hacía áreas que recientemente constituían frentes de colonización: Coto Brus, Osa y Buenos Aires.

En el cantón de Osa también se produjo un equilibrio entre las entradas y las salidas de población en el quinquenio 1968-1973. Este cantón fue un frente tardío de colonización, este hecho ha influido directamente sobre el comportamiento inmigratorio. Sin embargo, en los años sesenta se percibe un agotamiento de la colonización de los buscadores de tierra y las cifras migratorias muestran una aceleración de las salidas de población. Entre las corrientes migratorias que llegan a Osa destaca la inmigración cuyo origen está en los cantones vecinos, en particular de Pérez Zeledón, Golfito, Buenos Aires y Coto Brus. La otra corriente provee a este cantón emigrantes de las regiones Pacífico norte y Pacífico sur, de esta última región los emigrantes abandonan los cantones de Puntarenas y Aguirre.

Por último, cabe mencionar el caso del cantón de Pérez Zeledón, en el quinquenio en estudio presentó un saldo migratorio negativo. De forma tal que se convirtió en los años 70 en un frente expulsor de población. Esta transformación de Pérez Zeledón en un frente expulsor constituye una tendencia demográfica reciente, puesto que el Valle de El General fue un área de fuerte atracción migratoria en los años 1950 y aún en el censo de 1963 las tasas migratorias fueron positivas.

Del análisis de la información del censo de 1973 se puede notar: tres corrientes que tiene como punto de partida el Valle de El General: una de carácter rural-intrarregional, los migrantes del Valle de El General se movilizan en dirección de Buenos Aires, Osa, Golfito y Coto Brus. Otra corriente de tipo interregional; del Valle de El General hacia Sarapiquí, León Cortés, Acosta y Pococí. Hay que señalar que esta corriente es cuantitativamente poco importante. Por último un importante movimiento rural-urbano (5.150 individuos) 45% de los emigrantes de Pérez Zeledón se dirigen hacia la subregión Metropolitana.

En síntesis, el comportamiento migratorio -de la región Pacífico sur demuestra una tendencia marcada a convertirse en una región expulsora, esto se puede evidenciar en la medida que las áreas bananeras cada vez más absorben una menor cantidad de mano de obra; el caso de Golfito es ilustrativo de esta situación. Por otra parte, la frontera agrícola se ha agotado en los cantones en donde la colonización se llevó a cabo tardíamente, aunque en el quinquenio 1968-1973 los cantones de Osa y de Buenos Aires presentan corrientes migratorias positivas. De acuerdo con constataciones hechas en terreno, se puede afirmar que ellas están en estrecha relación con una idea que aún persiste en ciertos grupos de campesinos: la posibilidad de voltear la montaña en esta área. Se trata de grupos campesinos que se movilizan a esta área para buscar tierras. En general, como lo pone en evidencia el cartograma No.4, esta región recibió entre 1968-1973 emigrantes de Guanacaste y del Pacífico centro y expulsó población en dirección de la región Central y de la región Atlántica.




Por último, Pérez Zeledón es el caso más representativo de la transformación de un área de atracción migratoria en un frente expulsor de población, de hecho este fenómeno está íntimamente relacionado con el agotamiento de la frontera agrícola colonizable, con la consolidación del régimen de propiedad privada y con la consolidación de tina estructura hipertrofiada en donde predominan los usos extensivos del suelo.

5.3. La región Norte y los movimientos migratorios

Esta región se caracteriza por poseer bajas tasas de población activa en el sector terciario de la economía, y un incipiente desarrollo de su sector urbano. En el quinquenio 1968-1973 esta región presentó un saldo migratorio positivo, excepción hecha del cantón de San Carlos, que tuvo una tasa migratoria negativa: -4.26%, El Cuadro 3 pone en evidencia, que si bien es cierto que la región tiene una tasa migratoria positiva, el número total de inmigrantes es relativamente bajo; siendo precisamente el cantón de San Carlos el que conoció una mayor llegada de migrantes; del orden de 5.318 individuos y Sarapiquí que recibió 5.236 inmigrantes. En el caso de San Carlos hay que anotar que las salidas de población también fueron muy fuertes, esto explica el porqué de la tasa migratoria cantonal negativa (ver Cuadro 3).

Entre tanto, los cantones de Upala, Guatuso y Los Chiles presentan una tasa neta migratoria relativamente alta; sin embargo el número real de inmigrantes, en términos absolutos, no es tan fuerte. Esto se debe a que se trata de cantones poco poblados, de ahí que el peso de la inmigración, en términos relativos, se vea ampliado. De estos tres cantones es Upala el que recibió un número de inmigrantes mayor: 1. 198 individuos en los cinco años en consideración.

En cuanto a las corrientes migratorias que tienen como punto de llegada esta región, sobresale un flujo migratorio bastante significativo que proviene de la región Pacífico norte (véase el cartograma No. 5). La otra corriente migratoria que cobra importancia, está formada por migrantes que proceden de la misma región, es decir, se trata de una migración de carácter intrarregional, en donde se destaca San Carlos, como la unidad que expulsa mayor población en dirección de las otras áreas de esta región.


El área de mayor atracción migratoria de esta región Norte lo constituyó Sarapiquí, cuya tasa neta migratoria alcanzó a representar un 37,80%, siendo el número de inmigrantes entre 1968-1973 de 5.236 individuos.

La afluencia de inmigrantes a Sarapiquí se explica por la incorporación de esta área a la economía bananera; esto redundó en una expansión del mercado de trabajo. La afluencia de población hacia esta región proviene de todas las otras regiones del territorio. Cabe observar también que en Sarapiquí se constata la existencia de una corriente "ciudad -campo". Este flujo migratorio de origen urbano moviliza emigrantes provenientes de la ciudad de Heredia (2.858 individuos). Lo que confirma, con claridad, que la población se moviliza allí donde el mercado de trabajo lo posibilita, y por ende, los desplazamientos de población no se hacen necesariamente del campo hacia la ciudad como lo suponen muchos estudiosos. El ejemplo anterior ilustra un fuerte movimiento inverso (urbano-rural), provocado como consecuencia del desarrollo del capitalismo agrario de monoproducción bananera, que ha hecho posible una expansión del mercado de trabajo.


CUADRO 3
Costa Rica, Región Norte. Movimientos de Población (1968-1973)

POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA
Región Norte 93.850 12.575 8.423 4.152 4,42
San Carlos 54.952 4.318 7.661 -2.343 -4,26
Upala 15.971 1.198 223 975 6,10
Los Chiles 5.596 294 51 243 4,34
Guatuso 4.713 529 21 508 10,78
Sarapiquí 12.618 5.236 467 4.769 37,80

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.

En síntesis, la introducción de la agricultura del banano en Sarapiquí y la consolidación de la ganadería en San Carlos, así como la explotación forestal en los frentes de colonización, han significado, en primer término un incremento sustancial de la población, y, esto a su vez, se ha visto acompañado de una mayor incorporación económica regional al mercado nacional. A nivel espacial ello ha implicado cambios sin precedentes en el paisaje regional, en donde el bosque muy húmedo tropical ha sido desplazado continuamente por nuevas áreas mayormente integradas a los circuitos económicos. De ahí, que tanto, la movilidad interregional como intrarregional estén influidas por las transformaciones en la esfera económica. Esto ha significado una redistribución de la población al interior de espacio regional, al influjo de la puesta en valor y producción de extensas áreas que permanecían al margen de la economía nacional, y que cada vez más se incorporan a las actividades productivas, fundamentalmente, a la explotación forestal, la ganadería y la agricultura comercial y de subsistencia.

De esta forma, en San Carlos se constata una movilización de la población hacia los frentes pioneros de la región. De donde se desprende, entonces, que en esta región la atracción migratoria es explicada por la existencia de frentes de colonización, y por la penetración de la agricultura capitalista, particularmente del banano y, la ganadería.

5.4. La subregión Metropolitana y los movimientos de población

La subregión Metropolitana corresponde a un conjunto territorial intensamente urbanizado. Esta subregión constituye el área urbana más importante del país, tanto por la dimensión territorial como por el caudal de población que ella alberga.

En el período intercensal 1968-73, la tasa de crecimiento demográfica fue del orden de 4,10%, muy superior a la experimentada por el país en su conjunto. Entre estos dos censos se produjo un fuerte aumento de la población de esta área. Este aumento de la población es producto de múltiples factores, entre los que se destacan las altas tasas de crecimiento vegetativo combinadas con una afluencia cada vez más importante de población proveniente de las restantes regiones del país.


CUADRO 4
Costa Rica, Subregión Metropolitana. Movimientos Migratorios Internos (1968-1973)

POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA
San José 215.441 26.522 27.279 -757 -0,35
Escazú 25.026 3.570 2.242 1.328 5,31
Desamparados 74.272 19.198 5.926 13.272 17,87
Goicoechea 61.607 9.808 7.989 1.819 2,95
Santa Ana 14.499 1.981 1,061 920 6,35
Alajuelita 23.013 6.629 2.534 4.095 17,79
Coronado 16.336 2.631 1.462 1.169 7,16
Tibás 35.602 8.535 4.950 3.585 10,07
Moravia 19.548 4.338 2.115 2.223 11,37
Montes Oca 33.633 7.967 4.306 2.761 8,21
Curridabat 15.591 3.583 1.253 2.330 14,94
Aserrí 20,091 3.055 1.997 1.058 5,27
Alajuela 96.325 10.969 5.096 5.873 6,10
Heredia 36.487 4.353 4.404 - 51 0,00
Barva 12.864 1.588 1.259 329 2.56
Santo Domingo 17.423 2.648 2.159 489 2,81
Santa Bárbara 10.738 1-176 1.523 -347 -3,23
San Rafael 16,013 3.007 916 2.091 13,06
San Isidro 5.979 545 585 - 40 -0,67
Belén 8.538 976 404 572 6,70
Flores 6.524 713 471 242 3,74
San Pablo 6.660 1.401 581 820 12,31
Cartago 65.310 4.337 4.711 -374 -0,57
La Unión 23.352 3.447 1.491 1.956 8,38
Oreamuno 17.517 981 1.135 -154 -0,88
El Guarco 14.030 1.026 1.375 -349 -2,49
Total 892.419 134.084 89.224 44.860 4,97

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.

Hacia esta subregión han afluido durante el quinquenio en estudio un total de 134.084 inmigrantes. Si se considera esta cifra bruta, Sin diferenciar el lugar de procedencia de las diversas corrientes migratorias, sin duda que el impacto de migración resulta ser bastante fuerte, dado que alcanzaría a representar un 15% de la población subregional. En este estudio se constató la existencia de una diversidad de corrientes migratorias y de movimientos internos de población con carácter definitivo. La diferenciación de corrientes migratorias permite evaluar el verdadero impacto cuantitativo de los desplazamientos de población que tiene como punto de destino final la subregión metropolitana.



Entre las diferentes corrientes migratorias que afluyen a esta subregión se pueden distinguir:

a. la migración rural-urbana regional;

b. la migración intrarregional (de la periferia de la región central hacia la subregión Metropolitana);

c. la migración Intra-Metropolitana.

5.4.1. La migración rural-urbana regional

Esta corriente comprende los desplazamientos de población que tiene como lugar de proveniencia las otras regiones del país y que lógicamente tiene como destino final la metrópoli. Es una corriente de carácter rural-urbano; desde el punto de vista cuantitativo moviliza a un 28% del total de los inmigrantes que llegan al área metropolitana. Esta corriente pone en movimiento 37.000 individuos. De la región Pacífico sur se desplazan hacia el área metropolitana 9.830 individuos. Este flujo migratorio parte esencialmente del Valle de El General, Golfito y Osa (véase Cuadro 7). Por su parte, la región del Guanacaste aportó en el quinquenio bajo consideración 9.280 inmigrantes. Este flujo proviene en lo fundamental de Nicoya, Riberas y Tilarán. Entre tanto, la región Pacífico centro expulsó 8.600 individuos que vinieron a instalarse a la subregión Metropolitana. Estos emigrantes provenían de cantones como Puntarenas, Esparza y Aguirre. En la región Atlántica el flujo migratorio alcanzó un total de 5.446 emigrantes, éstos provenían de Limón, Pococí y Siquirres. Por último, los datos del censo de 1973 demuestran la existencia de un flujo migratorio que tiene como punto de partida la región Norte; esta región expulsó un total de 3.986 individuos en dirección de la subregión Metropolitana. El cartograma No. 6 visualiza lo anteriormente expuesto.


Como lo indican las cifras anteriores, los movimientos migratorios de población en dirección de la subregión Metropolitana fueron, desde un punto de vista cuantitativo, bastante significativos entre 1968-1973. En este sentido, el flujo rural-urbano debe ser visto como un indicador de la aguda crisis que experimentan las regiones periféricas de Costa Rica y es de prever una aceleración de esta corriente; de no atacarse los problemas fundamentales que padece el agro costarricense. Sobre todo si se toma en cuenta que la colonización espontánea de los buscadores de tierras, que actuó en décadas pasadas como válvula de escape a las presiones agrarias, se ha visto frenada por el agotamiento de las reservas de tierras en manos del Estado. Como consecuencia de lo anterior, la existencia de frentes de colonización son cada vez más reducidos. En la actualidad en todo el país predomina el sistema de propiedad privada. Por otra parte, la dicotomía que caracteriza la estructura agraria, combinada a una creciente utilización de tierras para fines extensivos producen un fuerte inmovilismo en la creación de nuevos empleos agrícolas. Esto permite suponer una aceleración del flujo campo-ciudad, si no se ponen en marcha medidas tendientes a mejorar . orar el ni- v la calidad de vida de las poblaciones rurales del país. En este sentido la existencia de esta corriente rural-urbana debe ser entendida como un reflejo de los problemas imperantes en el ajo costarricense.

5.4.2. La migración rural-urbana de carácter intrarregional

Esta corriente, que también tiene como punto de convergencia la subregión Metropolitana, tiene como punto de partida la zona de influencia inmediata de ésta. De esta zona entonces, la subregión Metropolitana recibió durante el período considerado 35.000 nuevos habitantes, un promedio anual de 7.100 individuos Representa esta corriente el 25% del total de la inmigración total metropolitana Al igual que la precedentemente analizada se puede considerar una migración de carácter rural-urbano.

5.4.3. La migración Intra-Metropolitana

Esta tercera corriente migratorio posee un carácter muy particular, pues corresponde a un intercambio de población entre las unidades que componer,, la subregión Metropolitana. En efecto, la población se desplaza al interior de un mismo espacio urbano. Esta corriente moviliza cuantitativamente un 55% de la inmigración subregional; esta movilidad intraurbana de población todavía no ha sido estudiada; cabe señalar que cuantitativamente el impacto de ésta es bastante significativo.

Las causas que generan este tipo de movimiento son difíciles de precisar. Por el momento, se esbozan algunos elementos que están en relación estrecha con la movilidad intraurbana de la población. De esta forma, se considera que en las zonas tradicionalmente urbanas, como los distritos centrales de San José Heredia, Alajuela y Cartago, en donde se nota un decrecimiento absoluto de la población en el período intercensal 1968-1973; esta disminución se debe a la especialización de estos distritos en nuevas actividades que tienden a desplazar la función residencial. Por esta razón, estas unidades se han visto convertidas en centros de negocios. De ahí que la instalación de un equipamiento terciario cada vez más especializado, que podríamos denominar como “factor centralizador", produce los movimientos de población que van del centro de la ciudad hacia las nuevas áreas urbanas o suburbanas. A este efecto, centralizador, se une, la política seguida por el sector público, en materia de construcción de nuevas viviendas. Estos proyectos urbanísticos buscan situar las nuevas construcciones de conjuntos habitacionales en la subregión Metropolitana. A esto se deben agregar los efectos provocados por el proceso de industrialización, que han favorecido la creación de nuevas áreas residenciales alrededor de los centros industriales que como bien se sabe, se han instalado preferentemente en esta subregión.



En conclusión la subregión Metropolitana constituye el punto hacia donde gran parte de los movimientos internos de población que se dan en territorio nacional. Sin embargo, hay que señalar que el modelo migratorio regional es complejo v, sobre todo, hay que llamar la atención sobre la necesidad de diferenciar el carácter particular de los flujos migratorios que allí convergen.

En este trabajo se han distinguido tres diferentes corrientes migratorias en donde cabe destacar el rol de primer orden de la movilidad intraurbana. De igual manera, la migración rural-urbana, cuya proveniencia a se sitúa en su zona de influencia inmediata y que cuantitativamente tiene un impacto significativo. Sin embargo, no hay que perder de vista la existencia de un flujo migratorio interregional procedente de las otras regiones del país.





6. LAS MIGRACIONES INTERNAS Y LOS FOCOS DE EXPULSION DE LA POBLACION

En esta sección se expondrán los resultados obtenidos para las regiones en las cuales predominan las corrientes migratorias expulsoras, es decir, aquellas en donde las salidas de población fueron superiores a las corrientes de inmigración. En el quinquenio 1968-1973 éstas fueron:

a. Región Pacífico Norte (Guanacaste);
b. Región Pacífico Central,
c. Periferia de la Región Central.

A estas tres regiones que pierden población como producto de un balance negativo en sus corrientes migratorias hay que agregar que existen otros puntos de expulsión de población a nivel cantonal, pero que presentan la particularidad de ser unidades aisladas dispersas por todo el territorio nacional. Con esta finalidad se ha preparado el cartograma No. 7, que muestra el comportamiento migratorio a nivel de los diferentes cantones.

6.1. La región Pacífico Norte

Esta región presenta una tasa migratoria global de -9,50% y fue la región más expulsora.

Al respecto existe un consenso generalizado entre las investigaciones sociales que la presencia de estas tasas negativas está estrechamente ligada al sistema de tenencia de la propiedad agraria predominante en esta región, en donde el campo está caracterizado por la polarización del sistema agrario, pudiéndose distinguir, por un lado, el "minifundismo", siendo el "latifundismo" la otra cara de la moneda. Estas dos formas de tenencia de la tierra en la actualidad se ven acompañadas por un proceso de reconcentración de la pequeña y de la me- propiedad como consecuencia M desarrollo de la ganadería extensiva. De ahí, que el importante aumento de los pastos y, de la ganadería de engorde está generalmente relacionado al desplazamiento de una parte de la población económicamente activa regional. Al respecto Spielman dice: "El dinamismo expansivo la ganadería tiene como consecuencia no solamente la reducción de las necesidades de la población rural, sino considerables modificaciones en la estructura rural".

El carácter extensivo de la ganadería genera un fuerte aumento de los pastos en perjuicio del área bajo cultivo, Esto se acompaña de cambios estructurales en la dimensión de las explotaciones a favor de unidades más grandes. De esta forma, el número de “minifundios” disminuyó sensiblemente entre 1963 y 1973; de igual forma las áreas dedicadas a los Cultivos permanentes resultaron ser inferiores en 9% en relación con el censo de 1963. Algunos cultivos, como el arroz y, el maíz se han mecanizado, produciéndose una modernización de la agricultura apoyada sobre la gran propiedad agraria con tan uso fundamentalmente extensivo del recurso tierra y capital. En general, estos factores antes señalados son generadores de la movilidad de la población, en la medida que provocan el decrecimiento absoluto de la población activa regional. De forma tal, que la población que no puede ser absorbida por el mercado de trabajo local tiene que desplazarse.



CUADRO 5
Costa Rica, Región Pacífico Norte. Movimientos Migratorios (1968-1973)

POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA
Reg. Pacif. Norte 178.691 11.685 28.828 -17.143 -9,59
Liberia 21.781 2.970 4.804 -1.834 -8,42
Nicoya 37.185 919 6.593 -5,674 -15,26
Santa Cruz 29.739 1.124 3.209 -2.085 -7,01
Bagaces 9.828 1.120 2.594 -1.474 -15,00
Carrillo 14.893 527 1.689 -1.162 -7,80
Cañas 12.779 2.142 2.210 -68 -0,05
Abangares 11.633 698 2.265 -1.367 -11,75
Tilarán 12.563 742 3.126 --2.384 -18,98
Nandayure 12.058 640 2.101 -1.461 -12, 12
La Cruz 8.333 311 189 122 1,46
Hojancha 7.899 292 48 244 3,09

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.

Ahora bien en lo que concierne a la emigración de la población de esta región se constata que en el período considerado, alrededor de 24.000 personas han emigrado (tomando en cuenta únicamente la migración interregional). Esto da un promedio anual de 4.800 habitantes que han abandonado el Guanacaste en forma definitiva y que se van a instalar a cualquiera de las otras regiones del país. Esto significa que el 16% de la población total censada en Guanacaste en 1968 emigró entre 1968 y 197 3. Estas cifras ponen en evidencia los problemas agudos que experimenta esta región, en este sentido el abandono de la población local debe ser considerado con un termómetro de los efectos que provocan a nivel demográfico las transformaciones en la estructura productiva.

Entre los puntos hacia a donde se dirigen los emigrantes de Guanacaste, se observa una importante corriente de carácter rural-urbano, 38% del total de la emigración regional se instala en la subregión Metropolitana, que entre 1968 y 1973 recibió cerca de 9.280 individuos procedentes del Guanacaste. En la subregión Metropolitana, las unidades que experimentaron el mayor impacto de esta corriente fueron: la ciudad de San José (2.404 individuos), la ciudad de Alajuela (1.363 nuevos habitantes) y los cantones de Montes de Oca (1.278), Desamparados (835), Goicoechea (506) y Tibás (488 individuos). El cartograma No. 8 ilustra los desplazamientos interregionales de los emigrantes del Guanacaste.

Por otra parte, la periferia de la región Central recibió en el quinquenio en estudio 500 habitantes, lo que corresponde al 2% del total de emigrantes de Pacífico norte.

Otras de las corrientes migratorias del Guanacaste tiene como punto de llegada las restantes regiones del país (ver Cuadro 7). Esta corriente pone en movimiento a 14.400 personas o sea 60% de la emigración regional. Esta corriente debe ser catalogada de carácter interrural. En el período en estudio los emigrantes del Guanacaste se distribuyeron de la siguiente manera:

- El Pacífico centro recibió 2.015 emigrantes de Guanacaste (8% de la emigración de Guanacaste).

- El Pacífico sur acogió un 15%, es decir 3.572 emigrantes de Guanacaste.




CUADRO 6
Costa Rica, Región Pacífico Centro. Movimientos Migratorios Internos (1968-1973)


POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA
R. Pac. Central 127.167 10.847 21.803 -10.956 -8,62
Puntarenas 65.562 5.047 8.325 -3.278 -5,00
Esparza 12.095 1.224 2.015 -791 -6,54
Montes de Oro 6.979 465 1.624 -1.159 -16,61
Aguirre 14.473 1.519 5.135 -3.616 -23.98
Parrita 11.901 1.273 784 -489 4.11
Turrubares 4.709 335 1.539 -1.204 -25,57
San Mateo 2.969 216 796 -580 -19,54
Orotina 8.479 768 1.585 -817 -9,64

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.


CUADRO 7
Costa Rica, Flujos Migratorios Interregionales (1968-1973)


ENTRADAS SALIDAS REGION CENTRAL PACIFICO NORTE PECIFICO CENTRO PECIFICO SUR REGION NORTE REGION ATLANTICA
Reg. Central - 9.775 9.528 11.042 5.920 7.792
R. Pac. Norte 2.935 - 1.348 786 308 453
R.Pac. Centro 4.572 2.015 - 1.212 172 312
R. Pac. Sur 5.624 2.572 3.353 - 278 478
Región Norte 5.086 4.371 291 934 - 751
R. Atlántica 7.965 4.440 2.700 787 -

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.


- La región Norte, importante punto de llegada de los emigrantes recibió un 18% del total de individuos que en el quinquenio abandonaron el Guanacaste, o sea 4.371 individuos.

- La región Atlántica registró un total de 440 individuos procedentes del Guanacaste.

Como lo confirman las cifras anteriores, la migración del Pacífico norte es importante en dirección de todas otras regiones del país, pero particularmente en dirección de aquellas regiones en donde se desarrolla la economía basada en el sistema de la plantación bananera y palma africana; este es el caso de Sarapiquí en la. región Norte, que recibí¿ un total de 1.228 individuos provenientes del Guanacaste. De igual forma, Pococí en el Atlántico recibía 2.112 habitantes, y finalmente Golfito y Osa en el Pacífico sur acogieron a un total de 523 y 1.039 habitantes, respectivamente.

6.2. La región Pacífico Centro

Esta región, al igual que la anterior, constituye un foco de expulsión de población, este hecho lo ponen en evidencia las cifras del censo de 1973 (véase el Cuadro 6).

Esta región experimentó durante la década del 60, un fuerte crecimiento lento de la superficie consagrada a los pastos, esto en detrimento de las tierras que anteriormente eran utilizadas para cultivos intensivos. Por otro lado, las tierras dedicadas a cultivos anuales han mostrado una estabilidad en el último decenio. Estos cambios en la estructura productiva regional se traducen en un lento crecimiento de la PEA, que fue de 3,9% anual en 1973, siendo el sector terciario el que experimentó el mayor crecimiento para esta misma fecha. De donde se intuye que el crecimiento del sector terciarlo regional pudo ayudar a frenar la erosión migratoria.

Los puntos hacía donde se dirigen los emigrantes del Pacífico centro, sobresale una corriente de carácter rural-urbano que desplaza individuos de esta región hacia la subregión Metropolitana Se puede evaluar que esta corriente migratoria puso en movimiento en el quinquenio 1968-73 alrededor de 8.600 personas, es decir, que un promedio anual de 1.720 personas dejaron el Pacífico centro para instalarse en el núcleo urbano-metropolitano del país. Esta corriente migratoria significa un 50% de los emigrantes del Pacífico centro. La periferia de la región Central absorbió 900 nuevos habitantes, 6% de la emigración. La emigración interregional se distribuyó como sigue (léase la columna 3 del Cuadro 7).

CUADRO 8
Costa Rica, Subregión Azucarera de Grecia. Movimientos Migratorios Internos (1968-1973)


POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA
Grecia 31.806 2.215 5.846 -3.731 -11,73
Poás 10.191 848 1.194 -346 -3,40
Valverde Vega 8.707 979 1.187 -208 -2,39
Total 50.704 4.042 8.327 -4.285 -8,45

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.


CUADRO 9
Costa Rica, Subregión Montañosa Sur. Movimientos Migratorios Internos (1968-1973)

POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA
Puriscal 24.150 941 5.523 -4.282 -18,97
Tarrazú 7.542 433 1.333 -900 -11,93
Dota 4.375 344 886 -542 -12,39
León Cortés 7.521 413 1.003 -590 -7,84
Acosta 14.385 321 2.412 -2.091 -14.54
Mora 10.733 639 1.437 -798 -7,44
Total 68.706 3.091 12.594 -9.503 -13.83

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.

CUADRO 10
Costa Rica, Subregión San Ramón-Naranjo. Movimientos Migratorios Internos (1968-1973)


POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA
San Ramón 33.155 2.871 4.457 -1.739 -5,25
Atenas 12.610 586 1.775 -1.189 -9,45
Naranjo 19.721 1.853 3.129 -1.276 -6,47
Palmares 14.495 902 2.090 -1.188 -8,20
Alfaro Ruiz 6.342 460 812 -352 -5,55
Total 86.323 6.519 12.263 -5.744 -6,65

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.


Un total de 1.348 emigrantes, es decir, 8% del Pacífico centro se desplazaron hacia Guanacaste, 15% hacia el Pacífico sur (3.572 personas). Entre tanto, la región Norte recibió tan sólo un 2% de los emigrantes del Pacífico Centro o sea 291 inmigrantes. El cartograma No. 9 resume el comportamiento migratorio de esta región y, muestra cuál es la dirección de los migrantes que parten del Pacífico Centro.






CUADRO 11
Costa Rica, Subregión Paraíso-Turrialba. Movimientos Migratorios Internos (1968-1973)

POBLACION TOTAL INMIGRANTES EMIGRANTES SALDO MIGRATORIO TASA MIGRATORIA
Paraíso 22.821 1.199 2.050 -851 -3,82
Jiménez 11.523 454 1.673 -1.219 -10,58
Turrialba 43.202 1.978 7.195 -5.217 -12,08
Alvarado 7.484 441 624 -183 -2,45
Total 84.490 4.072 11.542 -7.470 -8,48

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos "Censos Nacionales de Población. 1973". San José. DGEC.


6.3. La periferia del Valle Central y los movimientos de población

Desde el punto de vista geográfico, constituye un subconjunto de subregiones situadas en el área de influencia del área metropolitana y que presentan la particularidad de compartir el mismo espacio regional, a saber el Valle Central. En este acápite se analiza el comportamiento de estas micro unidades con la finalidad de subrayar la heterogeneidad demográfica, particularmente desde óptica migratoria en donde resaltan diferencias marcadas entre el núcleo urbano-metropolitano de la región Central y las otras unidades básicamente agrícolas. El cartograma No. 10 muestra el comportamiento migratorio de las diferentes unidades cantonales de la región Central.

A continuación se introducen una serie de cuadros en donde, se presenta el comportamiento migratorio de las diferentes subregiones que componen lo que aquí se ha denominado periferia del Valle Central. La finalidad de este apartado es la de demostrar el desigual comportamiento migratorio que experimenta el Valle Central como un todo.

En suma, lo que se ha denominado periferia de la región Central constituye un foco de reflujo de población. Esto está confirmado por la presencia de tasas de migración negativas en todos los cantones que componen las diferentes unidades subregionales; en el cartograrna No. 10 se puede apreciar el carácter expulsor de las unidades cantonales, inmersas en la periferia del Valle Central.



La emigración de estas subregiones se dirige esencialmente hacia la subregión Metropolitana, desplazando cerca de 35.000 individuos durante el período 1968-1973. En otros términos, el 12% de la población de estas subregiones, migró en dirección de la subregión Metropolitana. Anteriormente se había explicado que este flujo de población debe ser considerado como una migración rural-urbana en virtud de la estructura productiva predominante en estas subregiones.

En resumen los polos de expulsión de población corresponden a la región guanacasteca, al frente montañoso costero del Pacífico, así como la periferia del Valle Central, siendo los focos emigratorios más importantes las regiones Pacífico norte y Pacífico centro. En estas dos regiones los fenómenos de expulsión de población están estrechamente ligados a las tendencias seguidas por el sector agrario, que entre 1963 y, 1973 no favoreció una integración entre la población y las actividades productivas. No hay que olvidar que Costa Rica continúa siendo un país fundamentalmente agrícola. De ahí, que la organización de este sector tiene repercusiones inmediatas en la vida regional y nacional, ya que la creación de nuevos empleos depende en un alto grado de la evolución de la agricultura.

En el caso concreto de estas regiones, la emigración de la población alcanzó proporciones alarmantes. Por ejemplo, Guanacaste, en un lapso de cinco años expulsó el 16% de su contingente humano, y el Pacífico centro un 14%. Esto es grave, pues los factores de expulsión están estrechamente ligados a la falta del dinamismo del sector agropecuario en virtud de las características de la modernización agrícola y de la expansión a ultranza de las actividades extensivas, las cuales no han favorecido la ampliación del mercado de trabajo. En el Pacífico norte y el Pacífico centro la consolidación de la ganadería extensiva se combina con una estructura agraria dicotómica caracterizada por la presencia del minifundio y el gran latifundio ganadero y la moderna explotación agrícola altamente tecnificada. Estos factores han repercutido en forma negativa en el mercado laboral y, como es lógico esperar, la población se ve "forzada" a movilizarse en busca de nuevas alternativas que le permiten prolongar su subsistencia.


7. A MANERA DE CONCLUSION

El interés fundamental del estudio fue entonces no solamente lograr una cuantificación precisa de los flujos migratorios interregionales, sino también se intentó en 'a medida de U) posible buscar las causas explicativas de carácter estructural que determinan la movilidad espacial de la población. En este trabajo se diferencian diversos tipos de corrientes migratorias, entre las que se analizan la movilidad interregional de carácter rural-urbano y también el tipo rural-rural. También se reconoció la existencia de un flujo de carácter colonizador, generalmente intrarregional, y finalmente, se mostró la presencia de una importante movilidad intraurbana al interior del área metropolitana.

Sin embargo, cabe aclarar que la caracterización que se esboza de estos diversos tipos de migración ha sido muy general. Al respecto, el autor está consciente de la necesidad de estudiar en forma aislada y de una manera pormenorizada cada una de las corrientes migratorias, de tal forma que se pueda captar la especificidad que presenta cada una de ellas.

En esta investigación se ha demostrado la existencia de una elevada movilidad geográfica de la población costarricense y, se ha aceptado el predominio de una corriente migratoria de carácter rural-rural. Sin embargo, ello no nos puede llevar a negar la importancia que en el período 1968-1973 conoció la migración rural-urbana. En este sentido el área geográfica que actúa corno receptáculo de este tipo de migración es la subregión Metropolitana y particularmente varios cantones situados en áreas de reciente incorporación a la dinámica urbano-metropolitana.


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1 comentario:

  1. Buenas noches, don Guillermo.
    Soy estudiante de la Universidad de Costa Rica, estoy desarrollando una investigación sobre la migración en la comunidad pesquera en Costa de Pájaros. Me gustaría conversar con usted para que me aconseje sobre como analizar el comportamiento migratorio de una población.
    Gracias.

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